Tipos de luz

Incandescente: Produce luz por medio del calentamiento eléctrico de un filamento a una temperatura alta que la radiación se emite en el campo visible del espectro. Se obtiene una buena reproducción de color (Ra). Su desventaja es su corta vida menor a 1.000 horas y baja eficiencia (menor a 15Lm/W). Emiten luz a une temperatura de color cercana a 2600K.

Halógena: Son similares a las incandescentes, con la mejora de la adición de halógeno en la ampolla ayuda a conservar el filamento. Aumenta así la vida útil (cercano a las 2.000 horas), mejora su eficiencia luminosa, reduce su tamaño y produce una mayor temperatura de color cercana a 2.900K. Son preferidas por su alto rendimiento de color muy cercano a 100 Ra.

Fluorescente Tubular: Se componen de un tubo de vidrio que contiene una pequeña cantidad de mercurio y gas argón. Al circular la corriente eléctrica por los dos electrodos situados en ambos extremos del tubo, se produce una descarga eléctrica entre ellos, que al pasar a través del vapor de mercurio produce radiación ultravioleta. Esta radiación excita una sustancia fluorescente con la que se recubre la parte interior del tubo, transformando la radiación ultravioleta en radiación visible.  Hay variedad de versiones y pueden llegar a altas eficiencias. Su principal desventaja es la disminución de la vida útil con el encendido y apagado. Tienen una vida estimada entre 5.000 a 10.000 horas con eficiencias desde 45 a 90 Lm/W.

Fluorescente Compacta: Comúnmente llamada de “Bajo Consumo”, utilizan el mismo principio de los Tubos Fluorescentes y llevan el balasto electrónico en el interior de la base.

Haluro Metal: Similares a la construcción de lámparas de mercurio de alta presión con la diferencia que contiene haluros metálicos ademas de mercurio. Estos haluros son en parte vaporizados cuando la lámpara alcanza su temperatura normal operativa, con el metal vaporizado irradia su espectro apropiado. Son mayormente utilizadas para iluminación de grandes espacios exteriores e interiores.

Sodio de Baja Presión: Producida directamente por la descarga de sodio. Produce una luz amarillenta carente de otras frecuencias, por lo que su indice cromático es el más bajo. Son de uso común en grandes superficies gracias a su gran rendimiento luminoso, pero van perdiendo terreno día a día ya que si bien su gran eficiencia, la mala reproducción de colores genera otros problemas visuales.

Inducción Magnética: Tecnología desarrollada por Nikola Tesla, con un principio similar a la Fluorescencia, hace la diferencia al reemplazar los electrodos de los extremos por bobinas que gracias a un generador externo de alta frecuencia, genera un campo electromagnético capaz de originar la ionización del gas interior y emitir radiación. La vida útil puede superar las 50.000 horas. La eficiencia puede ser cercana a 80Lm/W, pero tiene la gran desventaja por el tamaño voluminoso que es difícil aprovechar la luz generada en la dirección deseada.

LED: Conocido también como iluminación en estado sólido, es una tecnología completamente diferente a las otras existentes. Pasando de productos de iluminación eléctricos a productos donde la electrónica toma un rol importante. La gran ventaja del LED aparte de la gran durabilidad y eficiencia, es la flexibilidad que entrega para el diseño de soluciones, lo cual permite entregar resultados sobresalientes y precisos.